Hay una historia en la Biblia, donde Jesús resucita a Lázaro (Juan 11: 1-45). Jesús estaba con sus discípulos haciendo lo que siempre hacía... cuando le llegan a avisar que Lázaro un hombre al que Jesús amaba, estaba enfermo. Cualquiera saldría corriendo ¡ERA SU AMIGO! Jesús no, de hecho, siguió con lo que estaba haciendo se quedó en ese mismo lugar dos días. ¿Quién se iba a quedar en el mismo lugar cuando le avisan que su amigo estaba enfermo? solo Jesús. ¿Qué poco amor era este?
Dos días después al fin Jesús se levanta y le dice a los discípulos que irán a Betania, lugar donde estaba Lázaro. Llegan y sale la hermana de Lázaro, llorando, diciéndole: 'Señor, si hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto'. Pero Jesús sabía cuál era el propósito de su enfermedad, de la muerte de Lázaro. Lo llevan después al sepulcro dónde estaba Lázaro hacía cuatro días muerto, Solo utilizó estas palabras: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir.
Yo no sé usted qué piensa de esta historia pero yo pienso que Dios es hermoso y poderoso.
Muchas veces nosotros vemos las situaciones demasiado complicadas, sin solución, sin fin, y aunque probablemente ya estén destruidas para nosotros, para Dios no; es un nuevo comienzo porque simplemente para él no hay NADA IMPOSIBLE. Cuando necesitamos una ayuda ordinario, Dios ofrece recursos extraordinarios. Confía, cree. ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? le dijo Jesús a la hermana de Lázaro. Puede que tu situación esté muerta, enterrada y tu sigas con el dolor pero Dios está ahí para rehacer lo que tu ya no puedes hacer. Él es experto en convertir tu situación en algo mejor. Los mejores planes para tu vida están en las manos de Dios. Jeremías 29:11 dice: Por que yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
No cabe duda que no es en mi tiempo sino en el tiempo de Dios y Dios siempre llega a tiempo.
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